La llegada a Chichicastenango se hace pasando antes por el lago de Atitlán, en cuyas márgenes las hortalizas y el turismo de foráneos tupen la vista coloreada del lar. Luego, en el corazón del altiplano de Guatemala, a dominante indígena, se sube al espinazo montañés de tierra fría. Así, en medio de barrancos, hondonadas y cimas pobladas de pinos, se desciende a «Siwán Tinamit» - o pueblo de los barrancos en quiché - que es Chichi, como se abrevia por los hispanizados (mestizos culturales, mal llamados localmente «ladinos»).