Los insistentes discursos y reiteradas iniciativas neoliberales encaminados a la desvalorización de la política y los partidos, y a la deslegitimación de los valores democráticos - unidos a la práctica de tomar las principales decisiones acerca del presente y futuro del país en los espacios donde se supone que ellas sean convalidadas de acuerdo al modelo democrático liberal -, han terminado por producir un quiebre - quizá fatal - en la legitimidad del régimen democrático venezolano.