El ambientalismo latinoamericano es un movimiento diversificado y heterogéneo, aunque su sentido de pertenencia le da unidad. Esta diversidad aumenta con el creciente ingreso de nuevos actores y la apropiación del discurso ambientalista desde otros ámbitos. El surgimiento de posturas mesiánicas, y aún el surgimiento de un neoliberalismo verde, plantea nuevos desafíos al movimiento ambiental. La tarea de contribuir, junto a otros movimientos, a la reconstrucción de la praxis política desde los sueños utópicos, se vuelve hoy una necesidad impostergable.