La alusión de este título no es sólo una referencia al de la novela de Gabriel García Márquez. Es también un intento de condensar en esta frase algunas de las grandes contradicciones del momento histórico que vive Latinoamérica. El cólera, una enfermedad tomada por aquel escritor en los 80 como símbolo del atraso decimonónico, reaparece en los 90 como uno de los principales problemas de salubridad en la región.