El exilio de los latinoamericanos del Cono Sur hacia Europa, que comenzó en la década del 70, fue en sus orígenes un fenómeno provisorio, transformado después en realidad permanente. Pequeñas comunidades sudamericanas se han instalado perdurablemente en diversos países del 'viejo mundo', pese al fin de los regímenes militares en los países de origen. Existen diversas razones para la permanencia de los exiliados en Europa, con nuevas tendencias identitarias que emergen entre los residentes. Una problemática que contiene implicancias para la relación entre América Latina y sus diásporas.