Las condiciones demográficas de América Latina y el Caribe han transformado las categorías de niños y viejos. De ambos grupos, la infancia ha sido más procurada como parte del desarrollo económico y los viejos no están incorporados a los beneficios de ésta «modernidad». Sin embargo, han sido las generaciones que más participaron en su construcción. Estos cambios en la significación de la infancia y la vejez transformaron el entorno familiar (relaciones de género) y social (educación y salud) siendo la consideración sobre la vejez ahora más que nunca fundamental en el interminable debate sobre la planeación de políticas para el desarrollo social y económico.