La teoría y práctica convencionales del desarrollo han sido una expresión del poder sobre otras sociedades y economías - un reflejo de la creencia en el destino manifiesto de Occidente. El desafío marxista trató de hacer surgir otra forma de poder basada en principios socialistas, pero también aquí hubo una tendencia a suscribir una posición privilegiada para los patrones y significados occidentales del desarrollo. En la discusión actual sobre la significación y las disposiciones del desarrollo, la política de producción y despliegue de conocimientos ha devenido cada vez más en una cuestión cardinal.