Los retos que enfrenta la política contemporánea de Venezuela no son aquéllos de la transición o la consolidación democráticas, sino más bien los inherentes a cómo renovar las instituciones democráticas debilitadas y la legitimidad menguante en una democracia ya existente. Si bien esos retos son similares a los que enfrentan las democracias establecidas en un contexto de crisis, la explicación de la crisis venezolana debe buscarse en cambios sociales y económicos que son comunes a otras sociedades latinoamericanas. De manera particular, el desmoronamiento de un modelo de relaciones políticas, económicas y sociales «Estado-céntrico» ha generado crisis de gobernabilidad y legitimidad en este país durante los años 90.