Una sociología de la religión deberá considerar una cantidad de matices y de líneas de confesión y experiencia de lo sagrado bastante mayor de lo que usualmente acostumbra observar, a menos que quiera seguir tomando la realidad múltiple y dinámica de lo que sucede en su campo de estudios desde un punto de vista tradicionalmente institucional, operando inclusive con una restricción del significado moderno de la idea de religión, de factor religioso y de experiencia religiosa.