La transición a la democracia, la crisis del Estado-nación, la globalización de la economía, el impacto de las nuevas tecnologías de la información, la crisis de las identidades políticas tradicionales, entre otros, son fenómenos que obligan a redefinir el papel de la educación en la sociedad y, más específicamente, en la formación del ciudadano. Este artículo analiza el problema desde el punto de vista del rol de la escuela en el proceso de socialización. Sostiene que las identidades culturales son --y lo serán mucho más en el futuro-- construidas socialmente, y presenta algunas hipótesis y líneas de acción específicas desde la perspectiva de una política educativa con objetivos claramente democráticos.