Junto con Guatemala, Bolivia es un país predominantemente indígena. Pero, como el resto de la región, desde los albores de su vida republicana apostó por su homogeneización lingüístico-cultural. Es en este marco general que este artículo, a partir de un breve análisis conceptual y político, analiza la situación de la educación intercultural bilingüe boliviana como espacio que ha permitido y permite el ejercicio de los derechos lingüísticos y culturales de las poblaciones indígenas del país, y a la vez como instrumento de cambio cultural que permitirá la consolidación de una verdadera sociedad democrática y multiétnica.