La Guerra Fría terminó y Estados Unidos se tambalea bajo el peso de una deuda colosal y una acumulación de problemas sociales alarmantes. Sin embargo, sigue gastando miles de millones en proteger a Alemania y Japón, dos naciones ricas cuya libertad no está en peligro evidente. ¿Por qué? He aquí la respuesta que la elite de la política exterior daría si se atreviera a hablar francamente sobre el delicado tema de los esfuerzos de EEUU por mantener su control económico y político a nivel internacional.