Hoy el lazo social reviste un carácter atomizado y desencantado. El rechazo a lo colectivo y a la autorrepresentación emerge de la desafección ideológica hacia las instituciones políticas y de la búsqueda de un quiebre a la uniformación cultural. El mercado asume entonces la fragmentación de la ciudadanía y se ofrece como mediador ante la política. Los medios configuran el dispositivo más poderoso de disolución del horizonte nacional común, siendo mediadores de la heterogénea trama de imaginarios de identidad de las ciudades, regiones, espacios locales y barriales. Así, la acción política acaba identificada con el espectáculo massmediático. El análisis debe dar cuenta de las dimensiones que conectan las transformaciones de la cultura política con las nuevas sensibilidades que el mundo televisual cataliza. No se produce tanto la disolución de la política sino la reconfiguración de sus mediaciones.
Nowadays, social relations are increasingly atomized and devalued. The growing repudiation of collective action and of self-representation is the result of an evident discontent with political institutions and of a search for ways of reversing the tendency toward cultural uniformity. In these circumstances, the market assumes this fragmentation of citizenship and is presented as the natural broker in politics. The mass media constitute the most powerful threat to common national aspirations and condition the complex range of identifications rooted in regions, cities, localities or districts. In this way, political action ends up identified with the mass media show. Our analysis needs to account for the ways in which changes in the political culture are related to new sensibilities transmitted by television. We are in the presence, not so much of the dissolution of politics, as of a reconfiguration of its mediations.