Con el primer ataque del Ejército federal alemán, termina el largo período de actitud reservada que ha marcado los rasgos civiles de la mentalidad de posguerra alemana. Hay guerra. Ciertamente los ataques aéreos de la OTAN pretenden ser algo distinto de una guerra al estilo tradicional. Realmente la ´precisión quirúrgicaª de los ataques y la sistemática protección de la población civil tienen una gran relevancia legitimadora. Esto significa la renuncia a una guerra total que ha determinado la fisonomía de este siglo que acaba. Pero también nosotros, los semi-implicados, a quienes la televisión nos sirve cada noche el conflicto de Kosovo, sabemos que la población yugoslava, que se agacha bajo las bombas, no vive sino una guerra.
Assuming a policy based on human values, the NATO attack on Yugoslavia should be understood as an armed mission, authorized by the international community. While it is true that the political goals became somewhat muggy, the demands which had previously permitted the creation of Bosnia have been upheld. Given that the Security Council is stymied, NATO is able to justify the action on the basis of the moral validity of international law. To the extent that the United States fulfils its role as guarantee of world hegemony, this example of NATO authorizing itself to intervene ought not be taken as a normal case.