La educación, sujeta desde la Independencia a los intentos modernizadores ilustrados, no logró observar la diversidad cultural de América Latina. En el siglo XIX a través de la distinción barbarie/civilización y en el siglo XX bajo la fórmula del Estado docente, la educación cedió ante la fuerza unificante de fines económicos o políticos. La actual complejidad de las sociedades latinoamericanas rechaza aquella unidad y exige para la educación un nuevo rol: la preparación para la coordinación de diferencias. El objetivo de la igualdad social, impulsado desde la educación y vigente por dos siglos, deja su lugar a una integración pragmática donde cada instancia pasa a ser entendida desde su particularidad.
Education, subjected since Independence to the modernizing concepts of the Illustration, has not respected the cultural diversity of Latin America. In the nineteenth century, with the distinction between barbarity and civilization, and in the twentieth century, with the formula of the teacher State, educational policy has responded to the unifying force of economic and political objectives. The current complexity of the Latin American societies calls into question the criteria of unity and demands a new role for education: to prepare the way for the coordination of differences. The goal of social equality, promoted by the educational system for the last two centuries, gives way to a pragmatic integration in which the constituent parts have to be understood in terms of their particular characteristics.