En este artículo se propone revisitar algunos de los planteos fuertes de la teoría crítica, en el sentido de presentar cómo ciertos mecanismos institucionales de producción y reproducción de conocimientos se han constituido en "tribunales de la razón" que brindan o quitan legitimidad social a distintas formas de saber, de subjetividad, de producción y de vida en general. Esos mecanismos producen (y destruyen, más que inhiben) una cultura hegemónica, pero también subculturas y contraculturas subalternas, de tal manera que no es posible pensar la una sin las otras. Desde esta perspectiva se propone analizar el Plan Colombia, sustentado en un tejido discursivo de tipo ritual que propone adaptar la complejidad colombiana a los mandatos geopolíticos y socioculturales de los poderes hegemónicos.

This article examines some of the radical arguments of critical theory, in particular the argument that certain institutional mechanisms for the production and reproduction of knowledge have become 'courts of reason' which concede or deny legitimacy to different forms of knowledge, of subjectivity, of production and of life in general. These mechanisms produce a hegemonic culture, but also subcultures and subordinated countercultures, in such a way that one cannot be considered without the other. From this point of view, the authors examine the Colombia Plan, based on a ritualized discursive texture, which reduces the complexity of the Colombian case to the geopolitical and sociocultural demands of the hegemonic powers.