En los últimos años, en el análisis sobre cuestiones de etnicidad y nación se percibió la insuficiencia de las herramientas teóricas para pensar los procesos de crisis y radicalización identitarias. El auge del constructivismo y del deconstructivismo, parecía demostrar de cuán inventadas eran las tradiciones o prácticas que los grupos consideraban «esencia de su identidad». Así surgió unmalestar teórico que impulsó a repensar una serie de presupuestos conceptuales. La sucesión de crisis económicas y políticas en América Latina hizo evidenteslos límites del (de)constructivismo. Frente al esencialismo y el constructivismo es necesaria una teoría experiencialista. Una «comunidad nacional» comparte experiencias configurativas que se sedimentan. La diversidad y desigualdad se articulan en modos de imaginación, cognición y acción que presentan elementos comunes.
In recent years, in the analysis of the problem of ethnicity and the nation, the theoretical tools applied for our understanding of the crisis and radicalization of identity can be seen to have been inadequate. The boom of constructivism and, as its complement, deconstructivism, appear to havedemonstrated how artificial were the traditions or practices considered as the«nucleus of identity». This situation provoked an understandable discontentand an attempt to rethink the current conceptual suppositions. The successionof economic and political crises in Latin America put in evidence the limitations of (de)constructivism. What is needed is a theory based on experience. A national community» shares common historical experiences, which become sedimented.Diversity and inequality are articulated in forms of imagination, understandingand action which share a common base.