摘要:Walter Benjamin, el más ecléctico de los pensadores del Instituto de Frankfurt, tuvo como preocupación a lo largo de su rica y variada producción, el rescate del materialismo histórico como herramienta para que el proletariado pueda llevar a cabo una praxis revolucionaria Utilizando la dialéctica materialista, en un doble juego de destrucción y construcción, recurre a las llamadas imágenes dialécticas para discutir de esa manera la continuidad histórica impuesta por los dominadores, y recuperar así las imágenes del pasado, las cuales resignificadas y puestas en nuevas constelaciones, puedan iluminar un presente revolucionario. Con este propósito rescata las potencialidades del movimiento surrealista para la producción de experiencias, a la vez que intenta desde su obra más ambiciosa, el llamado "Libro de los Pasajes", realizar una historia de la cultura en el sentido revolucionario recurriendo a las imágenes dialécticas. Como buen frankfurtiano cuestiona la concepción positivista del progreso. En sus "Tesis sobre Filosofía de la Historia" (Benjamin, 2007) recurre a la teología, además del marxismo, para rever el pasado en un sentido revolucionario, recuperando al proletariado como el sujeto histórico de los cambios por venir. Este sujeto, atravesado por la labor cultural materialista, es necesario que conjugue conocimiento teórico con una praxis política transformadora.
其他摘要:Walter Benjamin, the most eclectic thinker of the Frankfurt Institute, was concerned, throughout his rich and varied production, about the rescue of historical materialism as a tool for the proletariat to carry out a revolutionary praxis. Using materialist dialectics as a logic of destruction-construction, he turns to the so-called dialectic images to discuss the historical continuity imposed by the dominants, and to retrieve thus, the images of the past which, after being resignified and put in new constellations would illuminate a revolutionary present. To that end, he recovers the potential of the surrealist movement for the production of experiences, and at the same time, he attempts in his most ambitious work, The Book of passages, to carry out a history of the culture in a revolutionary sense, resorting to the dialectic images. As a good Frankfurtian, he questions the positivist conception of progress. In his Theses on Philosophy of the History, he resorts to theology, besides Marxism, to revise the past in a revolutionary sense, retrieving the proletariat as a historical subject of future changes. It is necessary that this subject, biased by the materialist culture, combines theoretical knowledge with a transforming political praxis.