摘要:Cuando se habla de violencia simbólica, es común la referencia al hábitus. Se le identifica como parte de las estructuras que, de manera no del todo conciente, organizan la vida social y le otorgan algún tipo de seguridad ontológica al individuo que vive y se desarrolla en una particular colectividad. En este trabajo, trataré de demostrar que, en el territorio simbólico maquilador fronterizo, la violencia tiene otro origen. El peso de la modernidad subordinada sobre el territorio disminuye la fortaleza de los hábitus: el hecho de que el desarrollo de este territorio dependa más de la economía que de la normatividad política lo convierte en un espacio geográfico de gran inestabilidad, expresión de una sociedad desestructurada de frágiles hábitus que genera identidades difusas y ritos de paso truncos que favorecen el desarrollo de diferentes formas de violencia señaladas por la impunidad. No me referiré entonces a la violencia que genera el hábitus, sino a aquella que es determinada por un contexto de modernidad subordinada. Mis referentes empíricos son el trabajo obrero, la organización sindical y el medio ambiente pero, sobre todo, la violencia de género, cuya más dramática expresión la encontramos en Ciudad Juárez.