摘要:No vamos a calificar la historia mexicana, a partir de 1983, como un tiempocorto caprichoso que expresa la más engañosa de las duraciones; tampoco vamosa entenderla como una historia de los acontecimientos que causa desconfianza alhistoriador por su liviandad, por su ligereza. Sí creemos, con Braudel, que es lícitodesprenderse del tiempo exigente de la historia, y comprendemos también laexigencia de volver a él con otra mirada, con otras inquietudes, con otras preguntas.Sólo que, pensamos, en este caso, todos los niveles, todos los miles de niveles, todaslas miles de fragmentaciones del tiempo de la historia, que durante tanto tiempo secomprendieron a partir de la profundidad, de la semiinmovilidad de la estructuracreada por el nacionalismo revolucionario, ya no se comprenden, al menos de mane-ra total, a través de ella. Los acontecimientos ya no gravitan de lleno en torno a ella,pero tampoco existe otra densidad histórica donde se comprendan cabalmente.Vivimos un tiempo de indefinición donde, creemos, comienza a construirse un nuevotiempo largo, una nueva estructura, quién sabe de cuánta duración, y, seguramente,dadas las premisas de la nueva modernidad capitalista, con poca capacidad delograr estabilidad a las futuras generaciones