出版社:Sociedad Chilena de Nutrición, Bromatología y Toxicología
摘要:En la Cumbre Mundial sobre la Alimentación (CMA) del año 1996, los jefes de estado de 186 países acordaron para el año 2015, reducir al 50% la cantidad de personas que padecen subnutrición en el mundo. Con el propósito de monitorear el avance hacia el cumplimiento de esta meta, la FAO publica desde 1999 «El estado de la inseguridad alimentaria en el mundo», informe que estima año a año la cifra de personas subnutridas, en base a una metodología aplicada con propósitos comparativos a todos los países sin excepción. La cifra resultante es una estimación y no pretende reemplazar la medición directa del consumo de alimentos provenientes de encuestas poblacionales, o la medición del estado nutricional de los habitantes de un país a partir de medidas antropométricas. En el caso de Chile, al usar esta metodología, el informe SOFI 2004 indica que la proporción de personas subnutridas alcanza un 4% de la población total, es decir, 600.000 personas. Esta cifra amerita un análisis complementario en virtud de que en este país existe información actualizada y representativa de su población, basada en indicadores socioeconómicos, de salud y de estado nutricional. En consecuencia el análisis de esta información nacional, muestra que la cifra de personas subnutridas es comparable al número de personas indigentes, las que evidentemente se encuentran en riesgo de inseguridad alimentaria. Sin embargo, resultados del estado nutricional de la población demuestran elevados índices de sobrepeso y obesidad en los diferentes grupos etéreos, estando la subnutrición más asociada a una dieta inadecuada desde el punto de vista de calidad (adecuación de micronutrientes) y no de cantidad (aporte energético). La primera Encuesta Nacional en Salud (ENS 2003) indica que Chile tiene como mayor manifestación, la carga de enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición derivadas del sobrepeso y obesidad, en una población adulta que ha estado sometida a desnutrición temprana, evidenciada por la baja talla. Sugerimos que las políticas alimentario-nutricionales revisen constantemente los programas de alimentación y nutrición dirigidos a la población más vulnerable, para asegurar que ellos respondan a la realidad actual y contribuyan a resolver los problemas nutricionales pendientes de esta población.
其他摘要:At the World Food Conference (WFC) in 1996, 186 chief of states made the compromise to reduce by 50% the amount of people that suffer undernourishment in the world by the year 2015. In order to monitor the accomplishment of this goal, FAO published since 1999 «The State of Food Insecurity in the World», a Report that estimates yearly the amount of undernourished people, based on a methodology applied with comparative purposes to all countries without exception. The value obtained is an estimation and does not pretend to replace the direct measurement of food consumption obtained from population surveys or analysis of nutritional status of the country population based on anthropometrical measurements. In the case of Chile, using this methodology, SOFI 2004 Report states that the proportion of undernourished population amounts to 4% of the total population or 600.000 people. This figure requires complementary analysis since the country has current information representative from its population, based on socio-economical, health and nutritional status indicators. As a consequence the analysis of these national data indicates that de estimation of undernourished people is comparable with the number of indigent population, who evidently are at risk of food insecurity. However, nutritional status of the population indicates high prevalence of overweight and obesity in all age groups. Undernourishment in Chile is more related to an unhealthy diet from the stand point of quality (nutrient adequacy) and not quantity (energy intake). The first Chilean National Health Survey (NHS 2003) showed that Chile presents mainly a nutrition related burden of chronic diseases. The prevalence of overweight and obesity in the adult population is highest in the groups that experienced early undernutrition, as evidenced by their low height. We suggest that food and nutrition policies be re-examined, in order to better respond to present challenges and to contribute to the solution of pending nutritional problems.