Durante la década de los 80 se produjo un notable deterioro de la infraestructura física y de la operatividad de los hospitales de América Latina como consecuencia de la crisis económica que sufrieron casi todos los países de la Región y de las políticas sanitarias que pusieron el énfasis en la prevención de las enfermedades y en la promoción de la salud, en detrimento de la asistencia hospitalaria. Como reacción a esta situación y con el apoyo de la Organización Panamericana de la Salud, muchos países de América Latina iniciaron en la década de los 90 esfuerzos para implementar la acreditación de los hospitales, con el fin de establecer estándares de calidad para todos los servicios de cuidados agudos de los hospitales generales. Durante la última década, diversos países de América Latina han hecho avances en la puesta en práctica de esos programas de acreditación. Este artículo presenta las lecciones aprendidas como resultado de esas experiencias y expone el caso de Brasil como ejemplo de los pasos más importantes que debe dar un país al planificar y poner en práctica un programa de acreditación de hospitales.