OBJETIVOS: Mostrar la aplicación de los sistemas de información geográfica (SIG) como instrumento tecnológico para apoyar las actividades en las áreas de política sanitaria y salud pública. MÉTODOS: Se evaluó la relación entre la mortalidad infantil y diversos factores determinantes de carácter socioeconómico y geográfico. Al ilustrar la aplicación, se hace hincapié en la capacidad integradora de los SIG, que permite simplificar, agilizar y automatizar la evaluación epidemiológica, tomando en cuenta el análisis múltiple simultáneo de variables determinantes con diferentes niveles de agregación. La aplicación de los SIG abarcó, en este estudio, el análisis de la mortalidad infantil en tres niveles de agregación en países de las Américas entre 1995 y 2000. RESULTADOS: La mortalidad infantil estimada para la Región tuvo un promedio de 24,4 defunciones por 1 000 nacidos vivos, pero las desigualdades observadas indican que la probabilidad de una muerte infantil es casi 20 veces mayor en los países de menos recursos que en los más prósperos. El mapeo de la mortalidad infantil a escala regional permitió identificar los países que requieren mayor atención en sus políticas y programas de salud, pero no distinguir dónde se requerían acciones más prioritarias. Un análisis de las unidades geopolíticas más pequeñas (estados y municipios) reveló importantes diferencias dentro de los países y permitió reproducir el patrón de desigualdad regional, que no se ve reflejado por el valor promedio de los indicadores a escala nacional. Al analizarse la relación entre el analfabetismo femenino y la desnutrición como factores determinantes de la mortalidad infantil en Brasil y Ecuador, se identificaron estratos sociales y epidemiológicos con distribuciones diferenciales de factores de riesgo que requieren intervenciones sanitarias adecuadas para sus respectivos perfiles socioepidemiológicos. CONCLUSIONES: Gracias a este tipo de análisis epidemiológico a escala local de los servicios de salud mediante el uso de los SIG, es fácil reconocer cómo se comportan un fenómeno de salud y sus factores de riesgo determinantes en un período definido. Asimismo, es posible identificar patrones en la distribución espacial de los factores de riesgo y sus posibles efectos sobre la salud. La utilización adecuada de los SIG permitirá lograr mayor eficacia y equidad en la prestación de los servicios de salud pública.
OBJECTIVE: To show how geographic information systems (GISs) can be used as technological tools to support health policy and public health actions. METHODS: We assessed the relationship between infant mortality and a number of socioeconomic and geographic determinants. In explaining how GISs are applied, we stressed their ability to integrate data, which makes it possible to perform epidemiologic evaluations in a simpler, faster, automated way that simultaneously analyzes multiple variables with different levels of aggregation. In this study, GISs were applied in analyzing infant mortality data with three levels of aggregation in countries of the Americas from 1995 to 2000. RESULTS: Infant mortality in the Region of the Americas was estimated at an overall average of 24.4 deaths per 1 000 live births. However, the inequalities that were found indicate that the probability of an infant death is almost 20 times greater in the less developed countries of the Region than in more developed ones. Mapping infant mortality throughout the Region of the Americas allowed us to identify the countries that need to focus more attention on health policy and health programs, but not to determine what specific actions are of the highest priority. An analysis of smaller geopolitical units (states and municipalities) revealed important differences within countries. This shows that, as is true of data for the entire Region of the Americas, using national-level average figures for indicators can obscure the differences that exist within countries. When we examined the relationship between female illiteracy and malnutrition as determinants of infant mortality in Brazil and Ecuador, we identified social and epidemiologic strata where risk factors had different distribution patterns and that thus require health interventions that match their individual social and epidemiologic profiles. CONCLUSIONS: With this type of epidemiologic study using GISs at the local level of health services, it is easy to see how a health event and its risk factors behave at a specific period in time. It is also possible to identify patterns in the spatial distribution of risk factors and in these factors' potential impact on health. Using GISs in an appropriate way will make it easier to deliver more effective, equitable public health services.